Cuando juegas en línea, debes enviar tu dinero a través de Internet a alguien de quien no sabes nada. ¿Llegará con seguridad, sin que algún estafador obtenga acceso a tu información privada y confidencial o te roben sin que lo sepas?
Si llega al destino previsto y te permiten comenzar a hacer apuestas, ¿las ganancias resultantes se te pagarán de manera justa, rápida y completa?
La industria del juego en línea actualmente vale más de $50 mil millones de dólares, por lo tanto, es enormemente atractiva para los operadores sin escrúpulos que buscan hacer una fortuna a expensas de los jugadores desprevenidos.
¿Cómo puedes saber que el operador que has elegido para jugar es legítimo cuando es probable que se encuentren a miles de kilómetros de distancia y no tengas experiencia previa que demuestre que se puede confiar en él?
Ahí es donde entran los reguladores de la industria. Sus principales objetivos son garantizar que el juego se realice de manera justa y abierta, libre de actividades delictivas, y que los niños y otras personas vulnerables estén protegidos. Son los que amparan los derechos de los jugadores, promueven los juegos responsables en un entorno seguro y aguardan la integridad de los juegos y dispositivos de juego.
Los reguladores de la industria establecen requisitos para las empresas que desean ofrecer servicios de juego y realizan evaluaciones para garantizar su cumplimiento.
Por ejemplo, harán cumplir la prueba y certificación de los productos de juego del operador por parte de una de las casas de prueba independientes, exigirán que el proveedor de servicios implemente sistemas para recibir y gestionar las quejas de los clientes y se asegurarán de que el titular de la licencia siempre tenga la situación financiera adecuada para pagar obligaciones actuales y estimadas.
Si alguna vez obtiene evidencia de que un licenciatario no cumple con esto, el emisor de la licencia reaccionará de una forma u otra. Si el operador no revisa ese comportamiento de no conformidad, utilizará sus poderes regulatorios para tomar medidas de cumplimiento.
Para operar legalmente, los operadores de juegos de apuestas en línea deben estar registrados y en regla al menos en una jurisdicción. Aunque básicamente su trabajo siempre es el mismo, los organismos de licencias difieren en términos del nivel de protección ofrecido a los jugadores. Es por eso que no solo es importante asegurarte de que el casino en línea elegido tenga una licencia de operaciones válida, sino también verificar quién es el emisor.
Con frecuencia, los operadores de juego hacen uso de la oportunidad de crear una empresa offshore en lugares como Malta, Curazao o Gibraltar y obtienen una licencia de juego allí. Una vez hecho esto, promocionarán sus servicios a la comunidad de juego mundial (con ciertas excepciones).
Los casinos autorizados por la Autoridad de Juego de Malta generalmente se consideran seguros y confiables gracias a sus regulaciones bastante estrictas. Además, la MGA (por sus siglas en inglés) cuenta con un canal de asistencia para jugadores en línea al que puedes contactar en caso de problemas con uno de sus licenciatarios. Por otro lado, las autoridades de juego de Curazao parecen estar más centradas en facilitar la vida de los operadores que en proteger a los jugadores. Eso no significa que debas evitar los sitios con licencia en Curazao, pero ten en cuenta que el regulador no hará mucho para ayudarte en caso de algún problema.
Algunos países estipulan que los casinos en línea no pueden operar en su territorio sin una licencia emitida por el organismo regulador local. Son muy protectores de los residentes del país y, en general, garantizan el más alto nivel de seguridad y juego limpio. La Comisión de Juego del Reino Unido, por ejemplo, autoriza y regula las empresas que brindan servicios de juego en Gran Bretaña.
Esta organización es reconocida por ser muy estricta y sus licenciatarios generalmente se consideran altamente confiables. Y aunque es muy poco probable encontrar un problema con un casino con licencia del Reino Unido, debes saber que la Comisión de Juego no se involucra directamente en la resolución de las quejas de los consumidores.
Lo que pueden hacer es iniciar una investigación regulatoria o criminal que puede resultar en sanciones y cargos legales. Organizaciones similares regulan el juego en línea en España, Italia, Francia y muchos otros países en los que el juego es legal.